sábado, julio 01, 2017

Julio

Ya veo pasar la semana en (mi) casa, es una nostalgia extraña porque estoy con quien me siento más protegida pero no dura la sensación de calidez debido a que me generó una ansiedad al saber que no siempre será así ya que todo es más una cuestión interna que no siempre depende de mis ganas.
Ayer en la noche tuve una pequeña crisis, la gente no logra entender (obviamente) lo que hay dentro, no se trata sobre si tengo ganas de tener ganas o no, no es flojera, no es compromiso, es que ni siquiera es algo tangible es igual que el amor: un constructo. No es con lo que me convenga o no; es llegar tarde a la escuela, llegar tarde al cine o ni siquiera llegar y no es que no lo intente, porque si te reclaman un retardo parece que no hace lo suficiente y eso te desanima cuando el triunfo fue el hecho de haber salido, de haberlo intentado y logrado levantarte.
Estoy en el punto en el que hasta suicidarse pesa mucho, sin ganas de llorar, aunque a veces ya lo estoy haciendo y no me percato de eso.
Lo único que necesito saber ahora es que debo seguir pero no necesito que me digan lo que estoy haciendo mal porque eso sobre todo ya lo se, se que es la diferencia sobre lo saludable o no ante una vida funcional o no tan funcional como la mía en la actualidad.
Me siento en el punto cero de querer un descanso pero no está permitido esta vez, ya no puedo huir, ignorar lo que realmente está pasando debido al tiempo; ya no hay más tiempo que desperdiciar y estoy o no estoy (a como pueda) y aunque me encantaría no estar (o ahora mismo me da igual), debo, tengo y de nuevo; no es que quiera pero la fuerza mayor es la que decide por mi cada noche, cada mensaje y llamada inesperada.

*Fuerza mayor: personas importantes

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