Noches de historias de amores inconclusos, dolorosos,
perfectos.
Una ráfaga de celos retorcidos llaman a mi puerta, pero no… Yo
no tengo puerta alguna, soy libre
Libre de sentir odio, de sentir envidia y celos. Libre de
sentir alegría, gozo y amor
Donde mis más obscuros deseos me llaman a lo lejos, desde
aquel lugar donde deje de ser yo para ser lo que realmente soy.
La cumbre se abre y
me ofrecen más que tu pasión, más que cualquier afición de un pequeño rayo de
luz que ansía ser descubierto.
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