Me sorprendió el darme cuenta que en realidad nada de eso importa, lo único que necesitas para tener un hogar es el amor incondicional de la persona que te ha cuidado y criado a lo largo de toda tu vida.
Creo que como mujer sensible que soy, oculto mas de lo que creo y despedirme de quien quiero y conozco desde siempre es una de las cosas mas difíciles que he hecho.
Unas ganas de llorar me invadieron al despedirme, no se de donde surgieron los nudos de mis garganta, no sabia ni siquiera con que emoción caían por mis mejillas. No era tristeza, no era alegría, enojo ni frustración... Solo eran lagrimas de una despedida.
Me encanto este :')
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