La soledad a cantidades extremas te hunde, y sin salvavidas es peor.
El contacto físico, el intercambio de palabras, sin eso solamente te hundes y vas al fondo de tus temores y regresa el vació que se había calmado un par de meses.
A veces solo quisiera tener los problemas comunes y no estar rodeada de fármacos, que la psicóloga no empeore como me siento, que la psiquiatra me diagnostique algo poco común.
Una vida común donde pueda comer chocolate, tomar una cerveza, desvelarme hasta tarde y dejar las pastillas de lado.
Extraño mucho el contacto humano.
Hola Rocío, di con tu blog a través de la revista autiblog en donde cuentas tu testimonio. Me identifico un poco con lo que escribiste, espero que te encuentres bien y es bueno saber que hay otros autistas muy cerquita de mí, yo estoy en Mérida, Yucatán.
ResponderEliminarHola Manuel, me has dado el pretexto perfecto para comenzar de nuevo a escribir en mi blog (ya que me sentía desanimada), muchas gracias. Igual espero que te encuentres muy bien. Hace tres años y medio me encontraba viviendo en Mérida. Un abrazo.
Eliminar