Digerida, sin importancia o valor existencial para sus ojos
aquellos dedos que dijeron no.
Las palabras me tragan, las letras se derriten
soy un souvenir de su colección privada y secreta
Dando vueltas y vueltas dentro de un bucle que llega a la indiferencia
Teclas bien definidas en la maquina de escribir que me sostienen
palabras rechinando a media noche quejándose del resplandor glorioso
Inoportuna en tiempo y espacio, en años, en vidas, en momentos premiados.
desdichada desde tiempo atrás sin saberlo, ¿Cuantas vidas debo pagar?
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